Cristián Basso
Autor de «Alalia» (1994), «El amor insecto» (2003), «Manía de Hojas» (2009) y «Amor Insecto» (2019).
6 de abril de 2024
14 de febrero de 2024
2024: aniversario de «Alalia»
«Alalia» aparece con la impronta del don, pero es logro del quehacer poético arduo, tanto como de la visión cuyo origen se desconoce. Sin obsesionarse por adquirir oficio y técnica, asume ambos en la escritura, sobreimponiendo la expresión al virtuosismo, equilibrio que consigue quien tiene qué decir, naturalmente.
Su poesía fluye como corriente fecundadora. Al enfrentarse al mutismo aparente y circundante, discierne la disyuntiva: ¿por qué la voz y no el silencio?, ¿por qué la vida y no la muerte? Comprende que absolutizar esta percepción la convierte en una falacia. Y plasma el proceso: la metamorfosis del silencio; la asperosidad del ruido primigenio; la guturalidad inicial del ser, del árbol y del pájaro; la alarma de la palabra en el tiempo lo conducen hacia el canto orgánico y la música íntima que proyectan un crecimiento de la voz, ya extrapersonal. Así, lo obvio esquiva su morbidez y ocurre la armonía de los contrarios.
La palabra se convierte en fruto que adensa lo percibido y lo intuido; capta la sombra de la vida y la luz de la muerte, y viceversa.
(Samir Nazal: prólogo a la primera edición)
23 de enero de 2024
Nadine Alemán presentó nuevo libro de cuentos en Esquel (Argentina)
Nadine Alemán presentó en Esquel (Argentina) su nuevo libro de cuentos: «Los nueve nudos del diablo», publicado por Sansón Editorial.
La publicación, que se suma a sus obras «17 simples cuentos» (2006), «Letal intensidad: poemas y tangos» (2009) y «El cura y la sucia» (2012), reúne nueve relatos breves de gran intensidad y creatividad narrativa, propios de su estilo literario, que atrae y sorprende siempre. Por supuesto que hablaremos de este conjunto de impactantes historias en una próxima reseña.
A continuación, un fragmento del relato «Alazán negro», perteneciente a esta valiosa y reciente edición:
ALAZÁN NEGRO
A Luis Cuadrado
Cuando se casan se visten de blanco. Y de blanco se visten en las playas en año nuevo. De blanco me dijeron que son las cosas finas, y la gente fina es flaca y blanca. La bondad parece que también es blanca.
Yo nací así. Le dijeron a mamá que yo tenía monocromatismo, que mi mundo se reduciría a la ausencia de color y que perdería agudeza visual cuando más luz hubiera. Todo al revés. Por eso sería que de chiquita me lo pasaba en el galpón, sentada en los fardos, jugando a adivinar quién pasaba por el portal y qué vendría a buscar. Y lo mejor era cuando entraba el alazán negro.
-Es un alazán, no es negro, es alazán, marrón rojizo, no es negro- me decía ofuscada Albina, una de mis cuñadas.
A mí no me importaba. Para mi vista sensible, percibir al alazán en el portal con sus orejas erguidas y su ronquido era de lo más placentero, prácticamente una melancolía dulce que me traía sosiego y seguridad.
-Sacate de encima a la ciega- solía decirle Albina decidida a mi hermano-. Esa chica tiene algo, ¿ves que todo lo ve al revés? Siempre tu mamá la protegió mucho, pero esta chica así trae desgracia- le horadaba Albina a mi hermano para apurar mi ausencia y a su vez, su titularidad absoluta en presencia y papeles.
Mis hermanos eran mellizos, y vivían hundidos en la tranquilidad de lo idéntico. Como idénticos eran ellos sus familias también lo eran. Todos tan blancos y tan iguales como sus intenciones. Idénticas.
Cada conversación que escuchaba de mis hermanos acerca de llevarme a un internado lejano, me llevaba al galpón, a los fardos a esperar la entrada del alazán y su diálogo reposado de patas inquietas y bufidos que me invitaban a caminar hasta los álamos, que me esperaban con su apaciguador sonido ondulante.
Más de una vez el chillido del alazán negro acompañado del manotazo les habían tirado los vasos. Los vasos que me traían mis cuñadas Blanca y Albina, siempre tan atentas con sus juguitos, vaya a saber de qué, que me llevarían lejos de este campo. Y así no más nos íbamos con el alazán hacia el bosque cercano que nos recibía en su pacífica y sinuosa oscuridad.
Durante mucho, mucho tiempo los cuatro Insistieron en mandarme a la iglesia, como si furtivamente pensaran que mi mundo en blanco y negro mudaría mi temperamento de hija tardía a una harpía de oscuras voluntades.
-¿Entonces la maldad es negra? - le pregunté a la monja.
-Claro, claro, la maldad es negra- sentenció la sor mientras salía apurada de la iglesia.
Texto completo disponible en el blog de la autora: http://nadinealeman.blogspot.com
13 de diciembre de 2023
2 de noviembre de 2023
Escritor Daniel Pizarro publica «Úlceras del tiempo», primer volumen de cuentos de la saga "Odisea de la Especie" (RIL Editores, 2023)
11 de agosto de 2023
Lectura poética en Bar Ramblas de Providencia
«La poesía no necesita adeptos, sino amantes», afirmó el poeta Federico García Lorca. Esta premisa se evidenció el sábado 27 de mayo cuando el poeta Luciano Anuarí y el bar Ramblas de Providencia invitaron a los poetas Denni Zù, Marcela Parra, Patricio Contreras, Marcelo Arce Garín, Francisco Barrera y Cristián Basso a la lectura poética «La terraza de la verdadera poesía», espacio que convoca a poetas para que compartan sus creaciones con el público que asiste a ese espacio el último sábado de cada mes.
16 de septiembre de 2022
Amor Insecto
Quiero tragarme toda la amargura.
***
Esa obsesión de ser otro sin ser uno
para dejar de ser el que se era,
siendo a la vez el pez y la pecera,
y entre las multitudes ser ninguno.
Abandonarse y ser a ras de suelo
lombriz voraz, quemante lombricera
como es el alma cuando traicionera
nos abandona hasta alcanzar el vuelo.
***
Lancémonos en llamas
piel abajo,
atados libremente
por ennegrecidos pasadizos,
curvas y recelos.
Recién paridos,
disparémonos
sin pensar días siguientes.
Nos guarecen
horas y segundos.
***
Una pena arbórea para zanjar los cielos.
Pena de brazos abiertos,
restos de ti
en las cosas.
***
No hables,
baja
a la seda del susurro.
Olvida
que un nombre subirá mañana.
No sigas parpadeando
el eco del sentido.
Todos tuvimos algo que sangramos.
CREDO
No le creo a tu pasión
resuelta sobre almohadas
ni a la sangre
que en preguntas bulle.
Ya sé, la piel a los olores se acostumbra,
a convertir en miel sudores agridulces.
No le creo a tu cara de ternura,
brisa calcinante sobre arenas,
reptil borracho del crepúsculo,
obligado a caminar sin nombre.
No le creo a las rendijas de tus labios,
más fuerte se retorció el aire.
No le creo a tu placer,
cuchilla fiel de filo suave,
roce tras roce llamándome al secreto
de la fiesta con campanas del deseo.
Solo creo.
Manía de Hojas
OREJAS
Lo que sé
no es por tu mirada.
Es la vida arrastrándose
a mis pies;
y la siento venir
detrás de las puertas.
DONDE DORMIMOS SIN SUEÑO
Las horas degustan
su plato favorito.
Arde tu vida. Y la mía
a punto
de ser ceniza en tu cabello.
ESTANCIA NOCTURNA
¡Ay, no cierres la cortina,
la pared está mirando!
No le cierres la timidez
de sus párpados,
que el humo afuera
vuela en lo alto
y el poste en la esquina
lamenta el asfalto.
¡Y la calle que habla
con su piedra en la mano!
LA LÍRICA DE LA NOCHE
Y se acaba en esta noche
la lírica de la noche:
un ventanal es todo lo que miro.
Las manos sosegadas de barrancos.
La radio, sin andar; yo, frente a un cerro.
El mundo de esta parte está dormido.
Me quiero en el latido de la bruma.
Está la noche entrando en su noche.
Me quiero aquí desnudo en la terraza,
mirándome estos pies que no son míos.
Adentro, ni llamadas ni ropas repartidas,
ni sábanas luciendo los restos de unos besos.
El mundo de esta parte está dormido.
LAS TAZAS LLENAS DE BESOS
A Maximiliano Basso Benelli
Las tazas son los seres
más llenos de besos,
llevan sus costados y sus bordes
llenos de besos guardados,
aunque sus muros de loza
no se abran amorosamente
para recibir mis labios.
Yo he besado más las tazas
que las mejillas transparentes
de los vasos.
Al poner mis labios en ellas,
recojo besos enterrados,
y me sumerjo, idilio adentro,
en los rincones de los jarros,
para tocar a diario
sus enlozados bordes.
Últimamente,
estoy besando sus figuras,
y veo con los ojos cerrados
de otro mundo…
¡Las tazas llenas de besos!
El amor insecto
ABRÍ PUERTAS
Abrí puertas
y desencuentros;
un vacío de sollozos
sin ecos.
El árbol oscuro
se ha deshecho
de horas valiosas,
de frutos negros.
He palpado osadía
y espejos;
garganta violenta,
cósmico vuelo.
¡Cuerpo y Alma,
empecemos!
NI LA LLAMARADA...
Ni la llamarada para el solitario
de la boca herida.
Le duele la sombra y su llanto
son pisadas que no alcanzan horizontes.
Déjalo dormir, arrópalo primero.
No vaya a ser que con el agua
la noche lo cubra de lodo.
Óyelo hablar; óyelo mucho.
Su voz habitará tus manos
cuando acaricies. Él te abrirá
la puerta cuando el amanecer
te bese con zumbidos.
No llores así:
la pena también tiene esqueleto.
ENCÚBREME EN EL SUEÑO
Encúbreme en el sueño
la caída lenta del olvido
para llegar, antes del alba,
libre de miedos, alegre de sonidos.
Temo decir a oscuras
palabra luminosa que olvidamos
desde niños.
No cedas a la pena
si el árbol es más viejo que el racimo.
Y el mundo, un infierno diminuto
para los dos: manzana y paraíso.
Alalia
Ahora todo está en juego.
Las ventanas se recuestan
en la cicatriz de los mundos.
Los golpes caen fuertes.
La tiniebla de llorar
y retener las lágrimas por dentro.
Ahora todo está en juego.
Las fiebres de la conciencia
arden quemando.
La piel ha perdido
sus pinturas.
Ahora todo está en juego:
los párpados se cierran
vencidos.
Todo está en juego
y si no muero
es un milagro.
ABRIENDO EL HIGO
Abrí la carne del higo;
una espesa noche
me sucumbió de sabores;
una sensación de culpa
me acusó desde adentro.
Abrí la carne del higo
y una lágrima dulce
me invitó a la mesa;
las ondas de su centro
arrancaron mis raíces.
Abrí la carne del higo
y la gente minúscula
gritó desde el fondo;
los niños aseguraron
las mieles interiores.
Abrí la carne del higo
y al abrirla
no fui el mismo.
MAREA ALTA
La noche es un astro entre nosotros.
Cabalga solitaria en la laguna.
Se ahogan las estrellas en la luna.
Cabalga la noche como un potro.
La hierba nos ata y no sabemos otro
sino el canto que se clava en la duna.
Se repite el silencio en la laguna,
la noche es un astro entre nosotros.
En el mundo la tierra nos encuentra
simulando dos cuerpos que se duermen,
balanceados como frutas siniestras.
Padecemos la luz mientras se adentra
el sentimiento con su capa inerme.
Vamos creyendo que la noche es nuestra.
TRANSCURSOS
El tiempo
araña las puertas.
Quiebro los instantes,
los ángeles traspasan el cielo.
La vida nos obliga a vivir.
Y el tiempo
araña y araña las puertas.
12 de enero de 2022
De "Alalia"
SERES
Se besan en el tiempo,
en la distancia más íntima
se abrazan.
Las horas son el cosmos,
siempre la misma hora de los seres,
siempre las máscaras del canto.
Los seres,
camino adentro,
hacia el sol más alto que la luz,
van con los pasos antiguos,
con la de sobre los hombros
como la única lágrima
despedida al cielo.
Van al olfato de la tierra,
al beso detrás de las cortinas,
al escapulario del pasado.
Se recuestan, se aman
sobre una isla quieta,
traducen el polvo de la muerte
en aves solas
y buscan lo eterno
en estas cuatro paredes.
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